Entre otros, se encontraba su cuñado, el entrenador Ferdinand Daučík, el cual fundaría el Hungaria, un equipo integrado por exiliados húngaros que viajó por Europa y a finales de 1950 también a América del Sur, muy afamado por su gran juego dirigido y organizado en su totalidad por Daučík. Poco después, camiseta del barça aquel histórico equipo realizó una triunfal gira por Europa. El club italiano vivía un momento dulce y estaba considerado como uno de los mejores equipos de Europa.